Esta es la Segunda Epístola de San Pablo a Timoteo en la lengua rifeña de Marruecos (Tarifit). Este es el decimosexto libro del Nuevo Testamento. Es una carta que el apóstol Pablo escribió a un joven llamado Timoteo, uno de sus ayudantes, quien predicó el evangelio entre creyentes en Jesucristo que vivieron en la ciudad de Efeso. San Pablo instruye y aconseja a Timoteo acerca de su trabajo entre esos creyentes y acerca de la estructura de la iglesia.
En esta epístola tenemos un versículo que nos dice que cada versículo que hay en la Biblia ha venido de Dios. Estas palabras se encuentran en 2 Timoteo 3:16 (Reina-Valera 1995): Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia.
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